13 de septiembre de 2010

La isla de los delfines azules

Cierta noche buscaba algo para leer, mientras mi nena conciliaba el sueño, cayó en mis manos a sugerencia de mi esposa esta especie de novela juvenil, y yo ya en mi cincuentena. Se trata de un libro de aventuras sin grandes pretensiones, si bien decir que ganador del premio Andersen, así como de la medalla Newbery.



Publicado en 1960, precisamente este año se cumple el 50 aniversario de su escritura. Relata la historia de Karana, hija del jefe de una pequeña tribu que vivió en una reducida isla del Pacífico.  Un día son atacados por unos cazadores de nutrias, más de la mitad de los hombres sucumben al ataque, al cabo de un tiempo el jefe del clan restante toma la decisión de abandonar la isla. Karana también desea irse, pero su hermano se ha quedado en la isla, ella regresa a nado, y así comienza una peripecia de 18 años en solitario, dado que al poco tiempo su hermano Ramo es atacado por unos perros salvajes y muere.

Este libro me recordó otros que leí de más jovencito, como Robinson Crusoe de Daniel Defoe, ¿quién no lo habrá leído?, en que se relata la aventura verídica del marinero Selkirk,  castigado al abandono en una isla desierta.

Su autor Scott O'dell narra de forma muy descriptiva, los esfuerzos de Karana, para conseguir alimento, proporcionarse un lugar donde guarecerse, sus pretensiones de abandonar la isla, sus pensamientos, sus ilusiones, en definitiva su lucha por la supervivencia.

Uno no puede evitar pensar como actuaría en similares circunstancias, sin duda mucho peor, destinado irremediablemente a una muerte segura en pocos días, sin embargo Karana haciendo uso de sus dotes de observación cuando niña, de todo lo que se desarrollaba en el quehacer diario de su tribu, a su completa adaptación al medio desde su nacimiento y sirviéndose de esa experiencia, sale victoriosa de esa terrible experiencia.


La novela está basada en la historia real de esta valiente india , que permaneció sola durante dieciocho años en la isla de San Nicolás, frente a las costas de California, antes de ser rescatada en 1853. Este hecho ha despertado mi curiosidad y me he permitido indagar sobre el mismo.


Una vez rescatada,  le pusieron el nombre de Juana María, según he podido averiguar jamás encontró a los pocos componentes de su tribu que abandonaron la isla años antes, ninguno de los indios miembros de otras tribus que la visitaron pudieron comprender su idioma. Al parecer pasó el resto de su vida en la zona de Santa Bárbara (California), vida desgraciadamente muy corta, ya que murió a las pocas semanas de su rescate, debido a una de las enfermedades del nuevo mundo, que no estaba presente en su isla, probablemente disentería.

Pienso que hay ahí toda una lección, sobrevivió durante 18 años en su isla desierta, pero sólo unas pocas semanas en la civilización.

Murió en 1853 sólo seis o siete semanas después de su "rescate". Un sacerdote de la misión le había bautizado en su lecho de muerte y le dió el nombre antes indicado de Juana María. Fue enterrada en la misión de Santa Bárbara. Su entierro es registrada en el libro de entierros de dicha misión por el padre González Rubio, como entrada # 1183. Dice:

"On October 19, 1853 I gave ecclesiastical burial in the cemetery to the remains of Juana Maria, the Indian woman brought from San Nicolas Island and, since there was no one who could understand her language, she was baptized conditionally by Fr. Sanchez."

Traducción :

"El 19 de octubre de 1853 dí eclesiástico entierro en el cementerio a los restos de María Juana, la mujer India traída desde la isla de San Nicolás y, dado que no había nadie que pudiera comprender su lenguaje, ella fue bautizada condicionalmente por el p. Sánchez ".


En 1928 se colocó una placa en su honor en el patio en la misión de Santa Bárbara. Es la última cosa que ves, cuando sales del cementerio de la misión.



Fragmento del libro :
"
...Ulape (era su hermana mayor) se hubiera reído de mí, y lo mismo el resto de la tribu. Pero el que más se hubiese divertido, con mi proceder, a buen seguro, habría sido mi padre. Y, sin embargo, así es cómo había llegado a sentir en mis relaciones con los animales que se convirtieron en mis amigos, y también con los que aún no lo eran, pero con el tiempo podían llegar a serlo.

Si Ulape y mi padre hubiesen aparecido riéndose, y todos los demás de la tribu otro tanto, aun entonces hubiera continuando procediendo del mismo modo. Porque los animales terrestres, los pájaros, son como la gente para mí ahora, aunque no hablen ni hagan otras cosas que nosotros podemos realizar. Sin ellos este mundo sería un lugar muy triste...
"
...Hoy es un día hermosísimo. Nunca he visto el océano tan en calma, y el cielo parece una concha de color azul.
¿Cuánto tiempo crees tú que va a durar?
"Rontu" seguía entonces mirándome de manera peculiar, como si entendiera mis frases, aún cuando, por supuesto, no se enteraba del significado de ellas.
Gracias a este sistema de dirigirme al perro conseguía aliviar la insufrible sensación de soledad que sentía. De no ser por "Rontu", ignoro lo que habría hecho...
"

El autor de esta novela, Scott O'dell  (May0 23, 1898 – Octubre 16, 1989)



Página del autor : http://www.scottodell.com/Pages/Biography.aspx/


Isla de San Nicolás
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