El pasado fin de semana aproveché uno de mis ratos de asueto para acercarme por primera vez a este autor y a la obra que titula este comentario.
Se trata de una novela inacabada que comienza en el puerto de Marsella, en un barco con destino a Mallorca y termina en Palma, en el Gran Hotel, casi enfrente del Teatro Principal. Escrita en 1913 cuenta la historia del personaje Benjamin Itaspes pasajero de aquel barco en un viaje de descanso, en la que Rubén Darío parece que trata de reflejar su propia persona.
El oro de Mallorca no hace referencia al preciado y valioso mineral, como el encontrado en California a mediados del siglo XIX y cuya fiebre desencadenó la emigración masiva de gentes en busca de fortuna, sino a otro oro, el valor de la isla en si misma, la isla dorada.
El oro de Mallorca no hace referencia al preciado y valioso mineral, como el encontrado en California a mediados del siglo XIX y cuya fiebre desencadenó la emigración masiva de gentes en busca de fortuna, sino a otro oro, el valor de la isla en si misma, la isla dorada.
En estas breves páginas se propone el autor manifestar en forma autobrográfica sus sentimientos, impresiones, preocupaciones. En su lectura se perciben parte de sus temores, pesadumbres, así como alguna desesperanza.
Durante su estancia en Valldemosa, alojado en una propiedad de Don Juan Sureda, el Palacio del Rey Don Sancho, junto a la misma Cartuja, allá por 1913, escribió esta novela en la que se reflejan algunos personajes reales, pintores y escritores con los cuales mantenía alguna relación, para conversar de temas e inspiraciones comunes.
Esta isla ha sido antes frecuentada por otros artistas en busca de la tranquilidad necesaria para el desarrollo de sus artes, algo fácil de encontrar sobretodo antaño, antes de que el 'progreso' hiciera acto de presencia, cito solo algunos de ellos como Robert Graves, que estableció aquí su residencia habitual a sugerencia de Gertude Stein que lo acompañó durante algunas temporadas, Laura Riding, Santiago Rosiñol, Julio Cortazar, entre otros.
Me han interesado en tan breve proyecto de novela, los vocablos castellanos que no conocía, tales como, amatuntes, arrayanes, calafateo, monjil, rijosa, entre otros. No son habituales por estas latitudes y para saber el significado de alguno de ellas he tenido que recurrir al diccionario. Las descripciones de los paisajes y entornos naturales son encantadores.
EL AUTOR : Félix Rubén García Sarmiento fue el verdadero nombre, pero Rubén Darío (1867 - 1916) sería el nombre que dejara a la posteridad.
Poeta de Nicaragua, estuvo en varias ocasiones en Mallorca, para estancias relativamente prolongadas.
En 1906, estuvo cuatro meses, y su casa de El Terreno se convirtió en centro de reunión de pintores, periodistas, escritores. En 1913 pasó el otoño en La Cartuja de Valldemosa. En Mallorca escribío además de esa novela la Epístola a la señora de Leopoldo Lugones, el poema La isla del Oro y varias poesías.
VALLDEMOSA
Vago con los corderos y con las cabras trepo
como un pastor por estos montes de Valldemosa,
y entre olivares pingües y entre pinos de Alepo
diviso el mar azul que el sol baña de rosa.
Y en tanto que el Mediterráneo me acaricia
con su aliento yodado y su salino aroma,
creo mirar surgir una barca fenicia,
una vela de Grecia, un trirreme de Roma.
Y me saca de mi éxtasis en la dulce mañana
el oír que del campo cercano llegan unas notas
de evocadora melopea africana
que canta una payesa recogiendo aceitunas.
Pían los libres pájaros en los vecinos huertos,
se enredan las copiosas viñas a las higueras,
y muestra el sexual higo dos labios entreabiertos
junto al ámbar quemado de las uvas postreras.
Plinio llama Baleares funda bellicosa
a estas islas hermanas de las islas Pytiusas;
yo sé que coronadas de pámpanos y rosas
aquí un tiempo danzaron ante la mar las musas.
Y si a esta región dieron Catarina y Raimundo
paz que a Cristo pidieron Raimundo y Catarina,
aún se oye el eco de la flauta que dio al mundo