11 de noviembre de 2011

El flautista de Hamelín


Había una vez...

...Una pequeña ciudad al norte de Alemania, llamada Hamelin. Su paisaje era
placentero y su belleza era exaltada por las riberas de un río ancho y profundo que
surcaba por allí. Y sus habitantes se enorgullecían de vivir en un lugar tan apacible y
pintoresco.

Pero... un día, la ciudad se vio atacada por una terrible plaga: ¡Hamelin estaba
lleno de ratas!

Había tantas y tantas que se atrevían a desafiar a los perros, perseguían a los gatos, sus enemigos de toda la vida; se subían a las cunas para morder a los niños allí dormidos y hasta robaban enteros los quesos de las despensas para luego comérselos, sin dejar una miguita.
¡Ah!, y además... Metían los hocicos en todas las comidas, husmeaban en los cucharones de los guisos que estaban preparando los cocineros,  roían las ropas domingueras de la gente, practicaban agujeros en los costales de harina y en los barriles de sardinas saladas, y hasta pretendían trepar por las anchas faldas de las charlatanas mujeres reunidas en la plaza, ahogando las voces de las pobres asustadas con sus agudos y desafinados chillidos.

Así comienza este agradable y corto relato , al parecer documentado por los hermanos Grimm.

No recuerdo con que motivo abrí una página web y me apareció este cuento que leí de un tirón.
Me doy cuenta con su lectura que la dudosa fiabilidad de los políticos no es nada nuevo, al igual que la falta de atención a sus compromisos contraídos. El alcalde de la ciudad de Hamelín junto con su corporación municipal ya padecían tan penoso defecto.

Existe una leyenda en la que se atribuyen los antecedentes de este cuento a una epidemia de peste que afectó a la región durante el siglo XIV, dicha epidemia causó la desapareción de un gran número de niños y de aldultos provocando una gran desgracia en toda Europa, conocida como la peste negra o bubónica.

El factor que actuó como vehículo de propagación fueron, las ratas. Ratas que proliferaron hasta la exageración debido a la incultura y superstición humana. Los gatos (depredadores naturales de las ratas) fueron exterminados en su gran mayoría a causa de supuestos maleficios atribuídos a dicho animal, por pensar que cumplían mandatos de las brujas. Esas ideas fomentadas por los fanáticos y también, porqué no decirlo, por parte de la iglesia de la época, dieron lugar al sacrificio en masa de estos inocentes animales.

El aniquilamiento fué de tal magnitud que, cuando la peste negra azotó a la población europea, causando más de vinticinco millones de muertos, apenas sí quedaban ejemplares gatunos para luchar contra las ratas, principales propagadores de la enfermedad.


A raiz de que los dos gatos que tenía en casa, uno en mayo de presente año se fué a su cielo, y el otro a Alemania, desde entonces prolifera en mi jardín una persistente y molesta población de ratoncillos furtivos, que por su diminuto tamaño salen indemnes de los acosos y amenazas de nuestros perros, Beltza y Truc.  Las trampas y venenos tampoco han conseguido que emigren a otros lares.  A falta de flautista o flauta mágica hemos adoptado hace pocas fechas una gatita, Mau, por el momento está en fase de crecimiento y período de formación.

Espero que en un futuro cercano consiga hacer cambiar de idea a esas familias de roedores o bien dé buena cuenta de ellos.


Video musicuento de El flautista de Hamelín>

11/11/2011 - Si les apetece dejen un comentario, será bienvenido -

1 comentarios:

R.Romero dijo...

Me encantan los cuentos mis hijos son amantes de ellos. Este cuento es muy bonito sobretodo la moraleja que nos deja.
R.Romero

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